27ª Edición
1999
El lenguaje cinematográfico está condicionado, en gran medida, por el desarrollo y la innovación tecnológicas. Para ilustrar esta faceta de la Historia del Cine, la Filmoteca Española emprendió hace años la creación de una colección en la que se conservan y catalogan toda clase de aparatos y objetos relacionados con la creación y la práctica de la cinematografía. Este fondo, constituido en la actualidad por más de 20.000 piezas, se ha ido formando por medio de compras, donaciones y depósitos, para lo que ha sido necesaria una labor de búsqueda y seguimiento de posibles fuentes que, en la mayoría de los casos, provienen de coleccionistas, personas relacionadas con el mundo cinematográfico o sus herederos.
La colección abarca gran variedad de aspectos. Desde los antecedentes, lo que llamamos Precine, y que incluye los distintos juguetes ópticos que utilizaban la luz (tales como linternas mágicas, sombras chinescas, etc.), los múltiples intentos de atrapar y mostrar el movimiento (zoótropos, praxinoscopios, etc.) o fijar la imagen. Una vez que se ha llegado al Cine, el interés se centra en la tecnología que hace posible la filmación de una película y su proyección en una pantalla, con elementos como son cámaras, proyectores, aparatos de sonido, material de laboratorio, etc.
Otro campo lo constituye el aspecto visual de una película, cómo se realizan los trucos, la recopilación de objetos de atrezzo, maquetas, vestuario, dibujos de decorados y, a modo de referencia histórica o sentimental, lo que podemos llamar “recuerdos”, es decir, objetos que han sido utilizados por un actor o director, los premios, la correspondencia de personajes conocidos.
La exposición, en la que se muestra por primera vez de forma sistemática una selección de esta colección, propone un recorrido por los pasos fundamentales que han conducido a esta gran fábrica de sueños en la que se dan la mano arte, ciencia e industria.
La intención de los organizadores es que cada visitante pueda ser testigo y protagonista de la evolución del cine, y percibir, de forma amena e instructiva, el alma y la utilidad de los objetos expuestos, que volverán a funcionar, como por arte de magia, en un contexto ilustrativo de su utilización original.
Elena Cervera