23ª Edición

1995

FORAJIDO, APACHE, FARSANTE, GATOPARDO…

Nada más llegar al Otro Lado le acompañaron Ava Gardner y Bárbara Stanwick, Audrey Hepburn y Lilian Gish, Anna Magnani y Rita Hayworth. Le estaban esperando Tourneur, Huston, Dassin, Siodmak, Harold Hecht y James Hill. Y otros seres se agolpaban en su retina. Sabía que estaba en casa y sintió confianza y seguridad. A donde le llevaron distinguió una fecha: 2 de Noviembre de 1913, Nueva York. Y Montgomery Clift le entregó una carta con saludos de Aldrich, Daniel y Delbert Mann, Frankenheimer, Zinnemann, Richard Brooks, Pollack, Kramer y Bertolucci. Sonrió como Elmer Gantry en la intimidad y tuvo ante sí una playa del Pacífico, donde aguardaba Deborah Kerr; y vislumbró una ciudad decadente, nocturna, donde estaba Susan Sarandon.

Vió a Gary Cooper indicándole que mirase a Este Lado y descubriese a cuantos seguían reteniéndole; y supo que para siempre estaría con ellos, que incluso confundía su posición, a Este o al Otro Lado. Sonrió, burlón, a Claudia Cardinale, Virginia Mayo, Alain Delon, Frank Sinatra, Jean Simmons, Cassavetes, Sara Montiel, Kirk Douglas, Louis Malle, Clark Gable, Spencer Tracy, Judy Garland, David Niven, Yvonne de Carlo, Sturges, Jean Peters, Katherine Hepburn. Y a cuantos se ponen ante una pantalla, de rostros y nombres tan desconocidos como cambiantes, en todos los lugares imaginables del mundo.

Al acomodarse, le flanquearon Luchino Visconti y Giuseppe Tomasi de Lampedusa. Hablaron del príncipe Fabrizio de Salina, autocrático, romántico, rudo, lúcido. Y de Angélica y Tancredi; y del coronel Pallavicini, Calogero, Concetta y Garibaldi. Luego discutieron sobre el vals inédito de Verdi y de lo bien que hacía música Nino Rota, y de cómo convencieron a Giuseppe Rotunno para que la fluidez y cadencia de las imágenes desplegase, en tonos pastel, decadencia y pujanza: Si queremos que todo quede como está, es preciso que todo cambie. La Historia, a veces, se vive con fotogramas.

Con melancólica y misteriosa prestancia, Burt Lancaster se hizo Fabrizio de Salina, lejos de Dardo, cerca de Lou. Lo demás, imágenes para el recuerdo.

Carlos Losada

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