22ª Edición

1992

Hace pocos meses, "Orosia", dirigida por el director aragonés Florián Rey en 1943, se consideraba perdida, entre las muchas desaparecidas del Cine Español. "Orosia" se había convertido en un mito del que se hablaba sin conocimiento de causa. La casualidad hizo que el actor José Bello, uno de los intérpretes de la película, tuviera conocimiento de la Filmoteca de Zaragoza, decidiendo hacer donación de una copia en buen estado que él guardaba celosamente desde el día del estreno.

"Orosia" fue recuperada y el pasado 23 de Abril, salió de la lista de tantos títulos misteriosos de los que no se sabe paraderos de copia alguna, para convertirse en una realidad. Al fin, podía verse, conocerse (o recordarse) y valorarse, uno de los títulos considerados más representativos de la obra de Florián Rey.

"Orosia" trata de una historia de amor en la que la vida y la muerte se funden en una exaltación romántica y sentimental de una mujer y un hombre eneamorados, después de un largo camino entre envidias, traiciones, odios y venganzas. Una historia melodramática con claras connotaciones raciales y de exaltación de los valores más ponderados en la España de los años cuarenta.

Para el Festival de Huesca, "Orosia" es un film mítico e histórico, por tratarse de una de las poquísimas ocasiones que el cine español de ficción se ha acercado a los Pirineos del Alto Aragón, buscando la belleza de sus entornos naturales, la vistosidad de sus vestidos y trajes, la ambientación de sus viejos palacios y casas, y todo un conjunto de aspectos etnológicos, costumbristas y folclóricos que convierten este film de Rey (quizá el último interesante de su filmografía) en un ejemplo único de lo que podía haber sido un cine hecho y localizado en Aragón, con temas universales que a todos pueden interesar.

Florián Rey contó con un buen equipo técnico y artístico. La fotografía de Güerner es uno de los atractivos más importantes del film, cionservando (gracias al buen estado de la copia) todo el esplendor de un estilo de contrastes y luces, de ascendencia expresionista. Los decorados de los interiores, realizados con extremado cuidado y realismo, llenan los interiores de piedra y el mobiliario de las antiguas mansiones altoaragonesas. En cuanto al reparto, Blanca de Silos, en el personaje de Orosia, nombre tan significativo para las gentes del Pirineo, acompañada de Manuel Luna, José Isbert, el donante de la copia, José Bello, y un largo elenco de los nombres más prestigiosos del cine español de la época, ofrecen una convincente interpretación de unos personajes tan vinculados a unas tierras y unas gentes.

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