21ª Edición
1993
RECUERDO DE UN AMIGO
Va a cumplirse un año del fallecimiento de Edgardo "Cacho" Pallero. Este tipo de notas recordatorio o necrológicas suelen ser poco gratas, por el motivo que las produce y por la tendencia natural a caer en tópicos laudatorios. Aún así, tanto "Cacho" Pallero como el Festival de Huesca son para mí motivos de cariño que me obligan a redactar esta líneas.
"Cacho" Pallero era el típico personaje poco conocido para el gran público cinematográfico pero íntimamente ligado a la historia del cine de su país, Argentina, y de América Latina en general. Trabajó junto a Fernando Birri en la famosa Escuela de cine documental de Santa Fe, en los años 50, luego fue productor del propio Birri en obras tan significativas como "Tire dié" y "Los inundados", pasó a Brasil donde realizó la producción de documentales tan emblemáticos para el cinema novo como "Viramundo" de Gerardo Sarno o "Subterráneos do futebul" de Maurice Capovila. Más tarde siguió su labor de producción y organización para directores tan característicos como el boliviano Sanjinés ("El coraje del pueblo") o Fernando Solanas ("La hora de los hornos" y "Los hijos de Fierro"). Trabajó en la publicidad y en la distribución de cine latinoamericano, fue fundador de festivales tan reivindicativos e importantes como Viña del Mar y Mérida, miembro creador del Comité de Cineastas de América Latina y de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y, en su último año de vida, productor de un joven autor argentino, Tristán Bauer, que con su "opera prima" "Después de la tormenta", consiguió en su país casi todos los premios del cine nacional justo al día siguiente de fallecer "Cacho".
Se podría añadir más datos y actividades de un personaje tan vital como Pallero pero las largas enumeraciones aburren más que demostrar la gran personalidad y presencia de quien las llevó a cabo. Fue un auténtico embajador del cine latinoamericano entre los diversos países y en el mundo en general, defensor y propagador del festival de la Habana y del cine cubano, colaborador activo en los años de coproducción entre Televisión Española y el cine Latinoamericano, luchador internacionalista y fervoroso defensor de un cine comprometido con las realidades nacionales del continente al que pertenecía. Peleó, junto a su compañera Dolly Pussi, por Nicaragua, por Cuba, por el cinema novo, contra las dictaduras argentinas, por el cine indígena, por todo lo que fuese expresión nacional libre. Todas esas luchas, desde el trabajo cinematográfico, han ido decayendo y no creo que ese decaimineto sea ajeno a la propia caída física de "Cacho". Un luchador como él aceptó mal el hundimiento de una ética revolucionaria que día a día hemos visto ensombrecerse y sumirse en la confusión y la derrota a ciertos niveles. Podríamos decir que una época se acaba y "Cacho", luchador comprometido con esa época, se ha acabado al mismo tiempo como último acto contra el mercantilismo y el capital que cobran de nuevo toda su fuerza y poder.
En cualquier caso he dibujado un personaje básicamente politizado y revolucionario olvidando el lado entrañable, cariñoso y como de hermano que "Cacho" tenía hacia todo el mundo que consideraba amigo. Así le pasó con Huesca a la que, tras asistir al festival de 1991, recordaba con cariño y deseos, según me contaban Dolly y su hijo Fabio, de recuperarse para poder asistir al festival de 1992. Lamentablemente "cacho" Pallero se quedó en el camino pero, precisamente por ese carácter suyo de cariñoso humanismo, no creo que quienes le conocimos y tuvimos la fortuna de contar con su colaboración amistosa y laboral le olvidamos fácilmente. Sirva este festival de Huesca 1993 para mantener ese recuerdo.
Manuel Pérez Estremera