34ª Edición
2006
El 26 de febrero de 1906 nació Julio Alejandro Castro Cardús, en el Coso Alto de la ciudad de Huesca. Se cumple el primer centenario de su nacimiento.
Ya en 1989, durante el desarrollo de este Festival de Cine, se le tributó un cálido y memorable homenaje que inauguró una nueva sección del certamen, Una vida de cine, que se mantendría durante las siguientes ediciones.
Hacía pocos años que había vuelto de México, país en el que llegó a ser uno de sus guionistas, adaptador y dialoguistas de cine más importantes. De hecho, desde 1951, año en el que se trasladó a ese país, tras un corto período en el que se convirtió en uno de los autores de teatro españoles con mayor éxito, colaboró con los directores mexicanos más reconocidos: Tito Davison, Miguel Zacarías, Emilio Fernández, Julio Bracho, Emilio Gómez Muriel, Adolfo B. Crevenna, Alejandro Galindo, Juan Bustillo Oro, Juan J. Ortega, Roberto Gavaldón, Chano Urueta, Luis Spota, Tulio Demicheli, Gilberto Martínez Solares, Roberto Rodríguez, Miguel Morayta, Alfonso Corona Blake, Benito Alazraki, Jaime Salvador, Julián Soler, Francisco del Villar, Carlos Velo, Federico Curiel, Arturo Ripstein, Servando González, Abel Salazar, Juna Ibáñez, Felipe Cazals, Rubén Broido, Luis Alcoriza, Alberto Bojorquez, Fernando Cortés, Rafael Baledón, Segio Olhovich, Antonio Eceiza, Mario Hernández, Julián Pablo, Rogelio A. González… y muy especialmente, con Luis Buñuel, con quien trabajó en los guiones de Abismos de pasión, Nazarín, Viridiana, Simón del desiereto y Tristana. Además de dirigir seriales de televisión, realizar ambientaciones y direcciones artísticas, pequeños papeles como actor, etc.
Julio Alejandro había sido anteriormente, además de autor de teatro, poeta, marino, profesor universitario… y sería además anticuario, decorador, se interesaría por la cocina y la gastronomía siendo autor de un Breviario de los chilindrones que pasa por ser uno de los mejores libros en la materia, además de estar lleno de referencias autobiográficas en torno a Aragón y a México. Su azarosa vida le llevó a Marruecos, a China, a Francia, a Filipinas, a Chile, a Perú, a Argentina, a Estados Unidos… y a México, donde pasó más de un tercio de su vida. Sufrió varias guerras, el hundimiento del barco del que era segundo oficial, fue herido, prisionero de los japoneses… En más de una ocasión se encontró sólo, entre dos bandos.
Pero sobre todo están sus obras de teatro, sus guiones de cine, sus poemas, sus libros, sus trabajos periodísticos y para televisión… Falleció en Jávea, el 21 de septiembre de 1995.
Julio Alejandro es uno de esos oscenses, de esos aragoneses que nunca dejaron de serlo por el ancho mundo. El Festival de Cine de Huesca no podía dejar de festejar su centenario.