32ª Edición

2004

Sala de exposiciones
Museo de Huesca

Fecha
10-28 Junio 2004

Producción
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile
Festival de Cine de Huesca

En 1969 conocí personalmente a Neruda y un año después volví a dialogar con él en la Isla Negra. De esos momentos guardo sus retratos y un recuerdo muy intenso. Al regresar a Chile en 1982 luego de nueve años de lejanía, su viuda Matilde Urrutia acogió mi proyecto de libro y permitió, generosamente, que circulara con libertad por su casa de Isla Negra para fotografiarla durante varios días. Ahí surgieron todos los fantasmas de la ausencia; las inscripciones en la empalizada ese inmenso libro colectivo me trajeron la certeza de un país que recordaba.

Como por azar, comenzaron a llegarme historias mágicas y emocionantes sobre Neruda.

En los dos años siguientes repetí mi visita a Chile, a Matilde, a la empalizada y a los testigos.

Así, poco a poco, de amigo en amigo, de poema en poema, el libro tomó forma.

Antes de morir, Matilde Urrutia me urgió a que fotografiara después del golpe militar aquello que ella no había querido reparar para que, según sus propias palabras, permaneciera como “testimonio de la barbarie”.

Así regresé definitivamente a Chile, quizás eligiendo de alguna manera hacerlo de la mano de Pablo Neruda.

Luis Poirot

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