38ª Edición

2010

Eugenio Monesma (Huesca, 1952) se ha criado en el cine y con el cine. El cine ha sido su pasión desde niño, desde que acudía a los Salesianos a ver películas religiosas de Charlton Heston o de vaqueros con John Wayne, desde que descubrió las palabras ilustradas de los tebeos y las revistas de la contracultura. La cabeza se le llenaba de sueños, de atmósferas, de criaturas. Comprometido con la ecología y con las causas más nobles de la política, cuando trabajaba en la fábrica Albajar de máquinas cosechadoras se hizo con una cámara de super-ocho. Allí empezaba una de las carreras más increíbles del cine documental con títulos iniciales como Jaque de reyes, Soldado azul, que realizó con figuras animadas de ajedrez y de plastilina, o Puente por la paz. Eugenio Monesma, que siempre pareció un capitán de navíos de Joseph Conrad o Robert Louis Stevenson, se inclinaba en un principio por un cine de denuncia, simbólico y pacifista.

El antropólogo ciego Ángel Gari se cruzó en su camino y le sugirió que se dedicase al universo del documental. Le dijo que había todo un torbellino de incitaciones y de sorpresas para un espíritu inquieto y autodidacto como el suyo. Dicho y hecho: Monesma, que nunca ha conocido la pereza, se zambulló en todos los temas habidos y por haber. Siempre se ha sentido altoaragonés hasta la médula, y el Altoaragón ha encontrado en él a un embajador de imágenes y de personajes, a un creador que ama al hombre en toda su complejidad y su riqueza. Rodó películas como Los navateros (1984), que contó con la colaboración de otro compañero de viaje como Severino Pallaruelo, y a esa pieza tan característica le siguieron diversas series sobre artesanos, fiestas y rituales, y le siguieron monografías sobre Ramón José Sender, Félix de Azara, Ramón Acín, el maestro de Agüero, los maquis, la bolsa de Bielsa, historias de exiliados, proyectos en torno a la flora y a la fauna y a las romerías.

En 1992 creó la productora Pyrene PV, en la que ha desplegado una inmensa actividad cuyos títulos dan una idea de su afán por contar la vida: Últimos artesanos, Oficios perdidos, Oficios tradicionales. En esos trabajos resume formas de vida con memoria, sonido, curiosidad, color e indagación, con ritmo, sencillez e imaginación. Siempre busca el corazón del espectador y, a su modo, ha realizado una auténtica Enciclopedia audiovisual de las labores tradicionales.

Reconoce el magisterio de grandes profesionales como Dziga Vertov, Luis Buñuel, Carlos Saura y Ken Loach, entre otros. Eugenio Monesma ha sabido crear una poética propia que mira al ser humano y que registra, con intensidad y belleza, cada uno de sus pasos y toda su cultura material. Ahora, tras más de dos mil películas, algunas de ellas premiadas en todo el mundo, cosecha éxitos en Aragón Televisión con el programa Plaza mayor

Contenido de la sección:

JAQUE DE REYES de Eugenio Monesma (España)

Antón Castro

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