19ª Edición

1991

Empezó como su primer largo, "Sangre, sudor y lágrimas", montador y ayudante de dirección, hasta llegar a tener su "Pasaje a la India", bello alarde lucidez y profundización de todas sus teorías sobre la imagen y el sentido del hombre ene el mundo, que va desde "La vida manda" hasta el descalabro comercial de "La hija de Ryan".

Impregnados en "Un espíritu burlón", vemos la plasmación de una suerte de Revolución Rusa en "Doctor Zhivago", que de alguna manera sigue las huellas literarias presentes en el mundo inglés de "Oliver Twist" y "Cadenas rotas", adaptaciones todas fieles y espléndidas, y que son como un "Breve encuengtro" entre el mundo de la imagen y el de la palabra.

"El déspota", trasplantado a solterona americana tierna y patética hizo sus "Locuras de verano" en una Venecia real, para después instalarse en el "Puente sobre el río Kwai", intento de conocer el alma y la forma del lejano oriente.

Y como muestra de instinto fílmico, la sacralización del desierto como detonante del alma humana, ese desierto donde sale el sol a consecuencia de apagar un fósforo -en uno de os planos más hermosos de la historia del cine-, y donde el rescate de un ser humano se nos muestra como la lucha cotidiana donde dos mundos antagónicos luchan por encontrarse y conocerse ayudados por "Lawrence de Arabia", visionario y trotamundos inspirado por lo más genuino del espíritu humano: la aventura.

Acompañado por algunas de las mejores bandas sonoras que conocemos -no podía ser menos con los nombres de Addinsell, Arnol, Bax, Jarre, Rachmaniow-, David Lean cineasta clásico y consecuente, ha dado la vuelta al mundo en dieciséis películas, y algunas permanecerán en nuestra retina cual espejismo del sol en el desierto de Lawrence.

Carlos Losada

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