26ª Edición
1998
Érase una vez, hace mucho tiempo… girarse a continuación para mirar hacia atrás puede conllevar, entre otras cosas, provocar o agravar la artrosis cervical. Mejor mirar hacia adelante con poleno conocimiento del recorrido cumplido por autores que, en un serio y articulado análisis de la evolución de la profesión cinematográfica, forman necesariamente parte no sólo del pasado, sino del presente y probablemente del futuro. Un nombre por todos, el de Michelangelo Antonioni: quizá la opinón más difundida es que ya en el breve espacio (cerca de diez minutos) de su opera prima, Gente del Po, están claramente reconocibles el estilo y la poética de este gran maestro del cine, su capacidad de narrar por medio de las imágenes, de hacer hablar a los rostros, los ambientes y las situaciones, sin necesidad de las palabras.
Al lado de Antonioni, otros directores italianos igualmente ilustres o de la misma importancia: Alessandro Blasetti, Dino Risi, Florestano Vancini, Valerio Zurlini, Luciano Emmer, Gianni Comencini, Gianfranco Migozzi y Francesco Pasinetti. Todos aunados por la capacidad de expresarse en los breves espacios del cortometraje con una eficacia equivalente, por lo menos, a la demostrada en tantos famosos y celebrados largometrajes.
Una verdad que da testimonio del papel fundamental del cortometraje tanto en el gran cine italiano como en el de otros países, y que es bien conocido por las mayores filmotecas de todo el mundo, como la Cineteca Nazionale en Italia y la Filmoteca de la Generalitat Valenciana en España. Una verdad que es útil y necesario recordar en el momento en el que se está afirmando y reforzando el conocimiento de la necesidad de un empeño fuerte y creciente para la conservación y, en muchos casos, el salvamento del patrimonio cultural y artístico representado por un siglo de cine.
Angelo Libertini
Director General de la Scuola Nazionale di Cinema. Cineteca Nazionale