33ª Edición
2005
Una de las satisfacciones que el ser humano puede disfrutar desde que comenzó el sentido de lo cultural, y con ello el sentido del gusto, del placer, del ser y sentirse algo más que otros seres vivos, es el gusto por la comida. El hecho de comer ya no es solamente una necesidad de subsistencia sino un placer que puede disfrutarse día a día.
Por otro lado, la comida se ha convertido en rito. La gastronomía es ya un arte del gusto pero también una sucesión de actos que, normalmente, se realizan en comunidad, en el seno de la familia, con los amigos, como protocolo… El hecho de comer tiene distintos significados de acuerdo con el entorno, el contexto en el que se realiza, las posibilidades económicas, los fines o intenciones paralelas que podamos desear conseguir al margen de lo meramente culinario.
Incluso la comida puede ser también una trampa, o un medio para seducir, o un filtro mágico amoroso, o un arma para vengarse…
En esta 33ª edición, hemos considerado una película relacionada directamente con todo lo anteriormente descrito teniendo en cuenta que la comida, o la gastronomía, como contenido o tema cinematográfico, lo es en tanto y en cuanto tenga una significación que justifique su presencia o su tratamiento aunque sea de forma secundaria con el resto del contenido de los filmes.
Como agua para chocolate, es ya un clásico cinematográfico relacionado con el tema gastronómico, basado en una novela, un best seller, en el que se nos narra una historia de amor frustrado que logra superarse gracias al arte de la cocina convertida en auténtico filtro mágico que intenta condicionar sentimientos y pasiones.
El restaurantes oscense Lillas Pastia, con Carmelo Bosque al frente de los fogones, nos ofrecerá un festín basado en esta hermosa película. El cine pone la fantasía, él lo convertirá en realidad.
Pablo Palermo