6ª Edición
1978
El cine cubano tiene unas características especiales con respecto al resto del cine latinoamericano en la actualidad, aquél sigue fuertemente potenciado y estimulado por el Gobierno a través del organismo especial que para ello se creó: el I.C.A.LC., cuya función es la de producir, distribuir y exhibir la creación cinematográfica cubana.
Bajo ciertas prernisas como "el cine es un arte" o "el cine -como todo arte noblemente concebido debe constituir un llamado a la conciencia y contribuir a liquidar la ignorancia, a dilucidar problemas, a formular soluciones y a plantear, dramática y contemporáneamente, los grandes conflictos del hombre y la humanidad…", el I.C.A.I.C. se trazó un ambicioso plan de producción propia, con el rodaje de largometrajes de ficción y puso especial énfasis en la promoción del corto y del documental, como medios más baratos y probablemente más eficaces al fin que perseguía.
Con respecto al corto, la producción está dividida en documentales de divulgación, científico-populares, noticieros y dibujos animados.
Los primeros tienen como objetivo principal el de divulgar procesos que la Revolución va provocando, los segundos es el análisis didáctico de fenómenos propios de la producción, salud pública, educación; ‘los noticieros como divulgadores de noticias enlazadas entre sí y en cuanto al dibujo de animación, se alimenta de los otros tres objetivos.
Donde más claramente se aprecia la inspiración revolucionaria, de elevado rigor ideológico y gran interés y creatividad es precisamente en los cortometrajes bien de carácter documental o noticieros.
A su vez, este medio ha dado grandes hombres de talla mundial, como Santiago Álvarez, quien suele usar toda clase de recursos expresivos y de montaje en sus reportajes, destacando de su obra Hanoi, martes 13, LBJ y Now.
Han sido presentados los cortos cubanos en diversos festivales como Tours, Leipzig, Manheim, Pesara, Locarno, así como en filmotecas e instituciones como las de París, Londres, etc. Con gran éxito de público y crítica.