Premio LUIS BUÑUEL
28ª Edición
2000
“Para mí es una satisfacción muy grande, ahora, en los cien años del cine leer las encuestas de todo el mundo sobre las mejores películas que se han hecho, y ver que en todas las listas están las películas que hice con Buñuel. El no era tan famoso cuando trabajamos juntos, pero algo me decía que iba a ser como fue, que con él yo iba a quedar en la historia del cine”
Silvia Pinal
Silvia Pinal nació en Guaymas, Sonora. Su padre fue militar de profesión, aunque ejerció también el periodismo y se metió en política con el Partido Revolucionario Institucional, del que su hija llegaría a ser diputada. Fue sobre todo autodidacta ya que sus estudios no fueron ni muy extensos ni muy profundos pero, según sus biógrafos, puso corazón y cabeza en todo lo que salió a buscar o le ofrecieron. Debutó en el teatro como actriz de reparto, en programas de radio y fue llamada en 1948 para su primera película, Bamba, una experiencia dura según su propia confesión.
La labor de Pinal abarca todos los campos: el teatro, la televisión y el cine, que ha sido el medio para el que más ha trabajado y más éxitos le ha reportado. Ha participado en 85 películas en casi 50 años de profesión. Crítica consigo misma: “es posible que hubiera podido hacer más obras de calidad, mantener un nivel más parejo en mis películas. Quizá por mis ganas de trabajar mucho y también por necesidades económicas… no haya elegido bien todos mis papeles, haya aceptado algunos trabajos que no debía haber aceptado”., trabajó no sólo en México, donde desarrolló la mayor parte de su filmografía, sino también en Europa e Hispanoamérica. Desde 1948 hasta 1955 lo hizo en su país trabajando en todo y con todos (melodramas, comedias, musicales e intérpretes como Cantinflas, Tin Tan, Fernando Soler, Ernesto Alonso, Katy Jurado, Arturo de Córdoba, Jorge Mistral…)
En los años 50 y 60 Silvia Pinal se convirtió en todo un referente de la cinematografía mexicana, sobre todo por las películas dirigidas por Tulio Demicheli, director argentino de buen olfato comercial, autor de comedias y melodramas en los que destaca la belleza de la Pinal, “la expresión más interesante y excitante del sexy femenino en el cine mexicano” según Emilio García Riera, quien ponderaba los filmes Desnúdate Lucrecia (1957) o Un extraño en la escalera (1954). Su posición predominante en el cine mexicano queda reflejada en la cantidad de premios recibidos.
Reclamada por el cine italiano y español rodó en 1959 la comedia sarcástica Uomini e gentiluomini en compañía de Vittorio de Sica. Más interesante resultó ser su incursión en 1960 en el deslucido panorama hispano. José María Forqué, que preparaba una película sobre una pieza teatral de Miguel Mihura, Maribel y la extraña familia, le llamó para protagonizarla. A finales de los 60 se embarcó en varias coproducciones: Shark. Un arma de dos filos y Los Cañones de San Sebastián. La primera fue dirigida, con desgana, por Samuel Fuller. En cuanto a la segunda sería Henri Verneuil, reputado director francés el encargado de llevar a la pantalla la larga novela histórica del jesuita William Barby Flaherty. Después de estas producciones y hasta 1977, fecha de la producción de Divinas Palabras, uno de los trabajos más dramáticos de la actriz, las películas que interpretó, todas ellas en México, tienen como denominador común el ser comedias u obras de humor que aportaron mayor fama, celebridad y recursos. Entre 1977 y su última película como actriz (Modelo Antiguo, 1991) solo actuará en cuatro cintas españolas y una argentina: El canto de la cigarra, nuevamente con José María Forqué en 1980 y Pubis Angelical de 1982 según la novela homónima de Manuel Puig dirigida por el argentino Raul de la Torre, como las más destacadas.
El cine con Luis Buñuel es según Silvia Pinal “un capítulo aparte en mi vida”. Estas fueron tres, filmadas en España en 1961 (Viridiana) y México en 1962 (El Ángel exterminador) y 1965 (Simón del desierto). Viridiana fue definitivamente producida por Alatriste (México) y Uninci y Films 59 con Pere Portabella y Ricardo Muñoz Suay como productores ejecutivos y presentada en Cannes en 1961 logrando la Palma de Oro ex aequo con un film francés. La furibunda crítica desatada por L’Osservatore Romano que la consideró “sacrílega y blasfema” hizo que el director de cinematografía fuera cesado y la película dada como inexistente, distribuyéndola Alatriste desde las copias parisinas. Considerada como un compendio de todo Buñuel, Viridiana es una de las grandes obras de referencia en la historia del cine. A Silvia Pinal este personaje le resultó difícil e incluso llegó a decir que “para mí Viridiana no era el personaje idóneo”, sin embargo resultó un reto y su contención, la sugerencia de la mirada, la acumulación de gestos y el impuesto sacrificio de sus registros desarrollados en las comedias anteriores hacen del tratamiento del personaje de la novicia un notable trabajo.
En 1962 Luis Buñuel rueda en México El Ángel exterminador, una de sus obras más ingeniosas y corrosivas. Atrapados en una mansión, estos “náufragos” (se iba a titular Los náufragos de la calle Providencia) tienen en el cuadro de La Balsa de la Medusa de Gericault su fuente de inspiración más cercana y en la desbordada imaginación de Buñuel la vestimenta intelectual de unos personajes cuyos comportamientos, dentro del salón de la casa, están dictados por la libre asociación de ideas. Para Pinal, una más entre el reparto coral, “fue una filmación tremenda, agotadora, problemática, porque éramos veintidós actores y no había comunicación con él. Él tenía todo en la cabeza, tenía la película editada desde antes de empezarla, y después, cuando la ves, ves que es muy Buñuel, pero en el rodaje nadie entendía nada de lo que hacíamos”.
La última película en la que trabajó Pinal a las órdenes de Buñuel fue Simón del desierto. En ella un anacoreta subido a una columna, Simón el estilita, predica, reza y hace penitencia mientras de múltiples maneras es tentado. Silvia Pinal hace el papel del diablo y como él se viste de diversas formas y se presenta disfrazada de distintos personajes, desde una colegiala vestida de marinerita hasta una campesina con jarra, pasando por un Buen Pastor con barba y pelo rizado como en las imágenes beatas. Al final sale de un ataúd para llevárselo a Nueva York a una discoteca. Simón reflexiona mientras la ve bailar. Con sus 42 minutos es un producto inacabado, lo que no impidió que se le premiase en Venecia.
Silvia Pinal quedará siempre ligada al personaje de la “primita” Viridiana que juega al tute con Jorge-Paco Rabal. Su presencia en esta obra junto con su cautivadora composición de Leticia en El Ángel y su turbadora y humorística actuación como el diablo en Simón, son otras tantas razones para que el Festival de Cine de Huesca le rinda homenaje ofreciéndole, justamente y con admiración el premio Luis Buñuel de 2000.
Eliseo Serrano Martín