Premio UNA VIDA DE CINE

25ª Edición

1997

EL SUEÑO POSIBLE  DE NELSON PEREIRA DOS SANTOS

Autor indiscutido del cine brasileño y padre espiritual -o hermano mayor- de los cineastas que integraron el movimiento del Cinema Novo, Nelson Pereira dos Santos ha ido superando película a película, a lo largo de los cuarenta años que median entre su primer largometraje, Rio, 40 graus, y su trabajo más reciente Cinema de Lágrimas, algunos imposibles de la cultura -que no ya del cine- de su país.

De ahí el hermoso título del libro -más que una biografía, más que un estudio- que Helena Salem ha dedicado al cineasta y cuya traducción aparece ahora en España: “Nelson Pereira dos Santos, el sueño posible del cine brasileño”. Algo así como si esa realidad que irrumpió en el panorama de la cultura mundial allá por los años sesenta y setenta, sorprendiendo por su fuerza y novedad en festivales y circuitos culturales, hubiera sido forjada por su imaginación.

Cierto es que Nelson Pereira dos Santos, además de ocuparse de sus propias películas, aportó su experiencia y energía a otros proyectos siendo, además de director, guionista, productor, actor y cámara de sus films, ayudante, productor, guionista y montador para otros. Su contribución fue definitiva en algunos casos, como en Barravento, abandonada por Glauber Rocha en pleno montaje debido a lo que Carlos Diegues describe como “absoluta desesperación de autor” y que Nelson Pereira dos Santos montó con el convencimiento de encontrarse, como así fue, ante una obra asombrosa.

De los films de Nelson Pereira dos Santos tan sólo Vidas Secas se ha estrenado comercialmente en España – y casi diez años después de su producción – y muchos, además de las proyecciones realizadas en festivales, han sido exhibidos en televisión. Títulos como el ya mencionado Vidas Secas, Rio, 40 graus, Azyllo muito loco, Como era gostoso o meu francês representaron en su momento el descubrimiento, para el público europeo, de una mirada hacia mundos hasta entonces inexistentes, poblados de seres humanos, conflictos y reflexiones que desde su absoluta particularidad adquirían un carácter universal. Ese fue en un principio el móvil de Nelson Pereira dos Santos: conceder carta de ciudadanía a la cultura de su país y de su pueblo; desde un planteamiento inicial más cercano al neorrealismo, hasta la afirmación de una búsqueda personal que no quería sentir la imposición de repetir modelos anteriores. Actitud que le causó no pocos problemas, cuando, por ejemplo, tras el éxito internacional de Vidas Secas, Nelson Pereira dos Santos hizo suyo un encargo como Fome de Amor situándose casi en el polo opuesto – si es que puede hablarse de tal cosa – en términos de lenguaje cinematográfico. “No hago un film sobre otro – declaró después de Memorias do cárcere, otro de los hitos de su carrera – Hago uno al lado del otro. No se trata de superar el anterior, es otro espacio, otro campo de observación, de interés, de cariño, de amor…”

Y en efecto, a la luz de hoy, los films de Nelson Pereira dos Santos, puestos uno al lado de otro, conforman un paisaje personal y cultural complejo y coherente en su diversidad. Pocas veces acompañadas por el éxito económico, y muchas en cambio situadas bajo la insignia de la dificultad, las películas más personales de Nelson Pereira dos Santos tuvieron que ser aparcadas una vez tras otra a la espera de tiempos mejores. Así, por ejemplo, Como era gostoso o meu francês tuvo que aguardar siete años y Memorias do cárcere veinte hasta poder ser rodadas desde la primera vez que el cineasta pensó en ellas. Pero incluso esta circunstancia, como otras tantas adversidades, fue acogida por el autor con la sabiduría y tranquilidad que, a tenor de los que han tenido ocasión de tratarle personalmente, le caracterizan: “… el tiempo no perturba. Por el contrario, favorece”.

El homenaje que ahora le tributa el Festival de Huesca se hace eco de la retrospectiva de su obra en la Filmoteca Española y Casa de América y de la publicación de libro de Helena Salem, por Filmoteca y Ediciones Cátedra. Será la ocasión de conocerle personalmente y de revisar algunos de sus títulos más relevantes, dentro de una trayectoria profesional que camina paralela a la formación de una nueva identidad cultural para el cine brasileño y latinoamericano en general.

Valeria Ciompi

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