Premio CIUDAD DE HUESCA

27ª Edición

1999

¿Por qué diablos Bigas Luna no ha nacido en Aragón?

Una maravillosa catarata de casualidades ha provocado que Aragón sea una tierra misteriosamente pródiga en su relación con el cine. Es increíble, pero aquí se filmó la primera película española que se conserva, aquí se han rodado películas muy relevantes del cine español y aquí nacieron Chomón, Florián Rey, Aznar, Beltrán, Buñuel, Forqué, Saura, Artero, Palacios, Forqué, Artigot, Ducay, Maenza, Julio Alejandro o Borau. Esa extensa y variada nómina de cineastas sintetiza sin problemas buena parte de los periodos, tendencias y estilos más significativos de la historia del cine español e incluso mundial.

Desde ese punto de vista, resulta absurdo que un director de cine tan grande como Bigas Luna no haya nacido en Aragón. Él mismo se ha debido dar cuenta del error cometido por el azar. A veces, da la impresión de que hace todo lo posible para establecer estrechos vínculos con esta pequeña zona del planeta: se casó con Celia, una aragonesa militante; en una de sus películas más distinguidas, “Jamón, jamón”, utilizó como escenario el “mar de tierra” de Los Monegros; en “Volaverunt”, uno de sus personajes centrales es Francisco de Goya y fue el cerebro del revolucionario cambio en la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar celebrado el último 12 de Octubre. Además, atraído por el embrujo de la Semana Santa del Bajo Aragón, este pasado jueves santo se vistió de nazareno para participar en la rompida de la hora de Híjar, un bonito guiño a Luis Buñuel, su cineasta de cabecera.

Es reconfortante, por eso, que Aragón, a través de su más importante Festival de Cine, le rinda un tributo a Bigas Luna. Aunque, para qué engañarnos, incluso en el caso de que nunca hubiera oído hablar de nosotros, también sería un homenajeado estupendo. Bigas Luna, después de más de 25 años consagrado al cine, se ha consolidado como uno de los creadores más poderosos, imaginativos y atractivos del cine europeo.

Siempre es delicado buscar en esta clase de autores inabarcables características distintivas de su obra. En su caso, sería mucho más sencillo identificar un rasgo definitivo de su personalidad: Bigas es un tipo superdotado para disfrutar de la vida. No obstante, no es demasiado arriesgado insinuar, por ejemplo, que buena parte de sus películas revelan una atracción por los tipos obsesivos, las relaciones insólitas y las historias pasionales y fronterizas marcadas por un fuerte erotismo. Eso no impide que su cine aparezca señalado por el eclecticismo. En él se encuentran adaptaciones literarias, evocaciones históricas, películas intensamente claustrofóbicas y algunas tan luminosas como “Jamón, jamón” y “La teta y la luna”, una película que, como “La camarera del Titanic”, ha hecho aflorar su registro más lírico y romántico. Pero, por encima de esa variedad, sobrevuela en todo su cine un mundo, un estilo muy personal y arrebatador. Ese mundo y ese estilo propios al que aspiran los genios.

Luis Alegre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Publicar comentario