Premio CIUDAD DE HUESCA de cortometraje
30ª Edición
2002
El nombre de Pavel Koutský es muy conocido desde hace tiempo en el mundo del cine de animación checo y, de hecho, se ha convertido en una leyenda. Está asociado con una serie de excelentes y famosas películas muy premiadas con estatuillas de oro, trofeos y placas, con críticas y reseñas extraordinarias, en resumen, todo aquello que demuestra públicamente la gran calidad del trabajo de este artista creativo, animador y director de cine checo.
Para mí es un placer unirme a la larga fila de admiradores de Pavel, no sólo porque me gusta su trabajo y como colega de profesión puedo apreciar su gran calidad, sino también porque lo considero un buen amigo de siempre.
No voy a repetir ni extenderme en comentarios elogiosos ni en artículos especializados sobre la obra del autor. Me gustaría añadir unas palabras sobre su personalidad que le caracterizan desde una perspectiva más personal.
Hace muchos años nos conocimos en la Academia de Artes Aplicadas de Praga, en los estudios de diseño gráfico para cine y televisión, una especie de estudio muy lúdico y libre dotado, a diferencia de otras disciplinas, de una buena dosis de humor y fantasía. Este único genus loci ha influido en la forma de pensar y en el trabajo de muchos licenciados y Pavel Koutský es un buen ejemplo de ello. Su trabajo puede identificarse a primera vista no sólo por su brillante animación y dirección sino especialmente por su inteligente humor y fantasía característicos. Es el tipo de humor que nos hace esbozar una sonrisa suave y tranquila más que carcajadas de risa maliciosa. Es el humor películas como Curriculum Vitae que impresionan principalmente por su inventiva, originalidad y brillantes ideas, un humor amable que nunca hace daño.
Pavel Koutský, aunque ha obtenido muchos premios, a primera vista no tiene aspecto ni de campeón ni de ambicioso conquistador, es más bien un hombre tranquilo, listo y discreto que disfruta viviendo con su familia y un montón de animales en una pequeña casa en un bosque, lejos del ajetreo de la ciudad. Él es hombre muy diligente y trabajador que casi siempre triunfa en todo lo que emprende. Cada una de sus películas es siempre una agradable sorpresa y en el contexto del cine de animación checo, un trabajo único y excepcional.
Es de agradecer que a pesar de su carga de trabajo nunca olvide a sus amigos, disfrute tomando un vaso de vino, yendo en bici, cogiendo setas y haciendo vuelo deportivo. Él practica todas estas actividades con la misma concentración y responsabilidad incluyendo aquellas que son aparentemente absurdas (reconstrucción de ingeniosos, aunque olvidados, inventos técnicos). Sus sentimientos muy desarrollados hacia los animales enfermos y abandonados han transformado su casa en un hospital para perros.
En el transcurso de su vida cotidiana, entre actividades cinematográficas menores y otras responsabilidades rutinarias está probablemente naciendo discretamente otro de los filmes animados de Koutský. ¡La verdad es que me muero de ganas por que sea así! Y llegarán más Osos de Oro, trofeos y placas a la pequeña casa de Malešov para unirse a las demás en el armarito de la alacena.
No sé si este retrato de Pavel Koutský es una referencia suficientemente seria para lo que se me pidió. No obstante no soy ni su contrincante ni un crítico de cine sino un amigo y colega de Pavel. Me gustan sus películas y sé que realmente merece todos estos laureles.
Jirí Barta